¡Aquellos Viernes preciosos!
Que venía mi jilguero,
todo feliz y contento.
Ya cuando me despertaba
el cielo estaba radiante,
todo era luz y alegría,
¡Era viernes! ¡Él venía!
Preparaba yo ya el nido
con esmero y con cariño.
Unas flores, unas rosas,
su comida, ¡Qué alegría!
Asomada a la ventana
lo esperaba yo impaciente,
¡Eran sus primeros vuelos!
¡Eran mis primeros duelos!
Y cuando por fin llegaba,
revoloteaba todo,
probaba las golosinas,
cariñoso daba el pico,
¡Estaba el nido completo!
Cuando llegaba la noche,
y cerraba yo la puerta:
¡Estamos todos! -pensaba,
y la dicha me embargaba.
Pero la felicidad es agua
que se escapa entre los dedos,
y al tenerme que alejar,
se me fue un poco entre ellos.
Y ahora cuando llega el Viernes,
yo miro el cielo muy triste:
¡No está completo mi nido!
¡Pues mi jilguero no viene!
Como recuerdo y añoro
¡Aquellos Viernes preciosos!
Que venía mi jilguero,
todo feliz y contento.
Mª AMOR
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